Estaba leyendo el artículo del País: Llena de educación tu portátil que deja casi más dudas que respuestas, pero que en todo caso es un modo de generar debate sobre el tema de cómo integrar la tecnología en clase. Entiendo que la mayor parte del pastel esté en la enseñanza primaria y secundaria, además pagado en gran parte por el estado, pero tengo la sensación, quizá me equivoque porque estoy muy lejos de ser un experto del tema, de que no será aquí donde antes llegue la revolución digital.
Pienso así en un par de cosas rápidamente. Es más fácil que un universitario entre en clase con un portátil a que lo haga un niño o una niña de seis años o diez, que por el momento poco cambia. Ni mucho menos veo que tengan un iPad entre las manos por muy elitista que sea la escuela.
El otro motivo es que uno de los aspectos más interesantes de la tecnología en la enseñanza superior o de adultos, para el caso es lo mismo, es que posibilita la autonomía del estudiante, facilitando una comunicación entre alumnos y con el profesor que se sale de la clase. Hablo por experiencia porque casi a diario uso el excelente portal ALF de la UNED. Este tipo de autonomía, creo, es un poco más limitada entre niños o por lo menos es más extensa hablando de adultos.
Estoy viendo que mucho de este material para primaria y secundaria tiene forma de aplicación, entiendo que después de pasar el fin de semana con la wii, es difícil que a un niño de ahora le llame lo más mínimo la atención uno de los libros que usaba yo en el colegio. Hay ejemplos muy interesantes de estas aplicaciones en la página de www.digital-text.com, que son pioneros en este tipo de aplicaciones. Entiendo que el coste de estos materiales es por el momento altísimo, y no es que el de los libros de texto de primaria y secundaria sea poco.
Por último está el papel del profesor en este proceso, de aquí a cinco años, la mayoría de padres y profesores las van a pasar canutas para estar a la altura de los nativos digitales... Me gustaría estar presente el primer día en que un niño diga lo de "¡seño, que se me ha colgao el ordenador!" y verle la cara que se le queda a la profesora de marras.
Del hardware mejor que no hable...
Pienso así en un par de cosas rápidamente. Es más fácil que un universitario entre en clase con un portátil a que lo haga un niño o una niña de seis años o diez, que por el momento poco cambia. Ni mucho menos veo que tengan un iPad entre las manos por muy elitista que sea la escuela.
El otro motivo es que uno de los aspectos más interesantes de la tecnología en la enseñanza superior o de adultos, para el caso es lo mismo, es que posibilita la autonomía del estudiante, facilitando una comunicación entre alumnos y con el profesor que se sale de la clase. Hablo por experiencia porque casi a diario uso el excelente portal ALF de la UNED. Este tipo de autonomía, creo, es un poco más limitada entre niños o por lo menos es más extensa hablando de adultos.
Estoy viendo que mucho de este material para primaria y secundaria tiene forma de aplicación, entiendo que después de pasar el fin de semana con la wii, es difícil que a un niño de ahora le llame lo más mínimo la atención uno de los libros que usaba yo en el colegio. Hay ejemplos muy interesantes de estas aplicaciones en la página de www.digital-text.com, que son pioneros en este tipo de aplicaciones. Entiendo que el coste de estos materiales es por el momento altísimo, y no es que el de los libros de texto de primaria y secundaria sea poco.
Por último está el papel del profesor en este proceso, de aquí a cinco años, la mayoría de padres y profesores las van a pasar canutas para estar a la altura de los nativos digitales... Me gustaría estar presente el primer día en que un niño diga lo de "¡seño, que se me ha colgao el ordenador!" y verle la cara que se le queda a la profesora de marras.
Del hardware mejor que no hable...
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